En la historia de la música popular estadounidense, hubo pocas luminarias tan perdurables e innovadoras como Tony Bennett.
Con una carrera que abarcó casi ochenta años, los tonos suaves, el fraseo único y las colaboraciones musicales visionarias de Bennett dejaron una marca indeleble en el jazz vocal y en la industria discográfica en general.
Que su muerte, a la edad de 96 años, el 21 de julio de 2023, fuera llorada por artistas tan variados como Keith Urban, Ozzy Osbourne y Harry Connick Jr. no debería sorprender. Sí, Bennett era un cantante de jazz. Pero si su voz siempre fue una constante, incluso al borde cumplir los 90 años, una edad en la que la mayoría de los otros cantantes han visto disminuir sus habilidades vocales, entonces su adopción de lo contemporáneo fue una faceta del atractivo de Bennett.
Innovador vocal
El viaje de Bennett es un testimonio del poder de la innovación audaz. Desde los primeros días de su carrera, en la década de 1950, hasta sus grabaciones finales a principios de la década de 2020, exploró sin miedo nuevos territorios musicales, revolucionando el jazz vocal y cautivando al público a lo largo de generaciones.
Su estilo vocal y fraseo fueron distintivos y lo diferenciaron de otros artistas de su tiempo. Utilizó un enfoque retrasado o “relajado” para caer sobre la nota, una técnica conocida como “rubato”. Esto creó una sensación de anticipación en su fraseo, agregando un elemento de sorpresa a sus actuaciones. A través del hábil uso del rubato, Bennett pudo jugar con el tempo y el ritmo de una canción, doblando y estirando frases musicales para evocar una variedad de emociones. Esta sutil manipulación del tiempo le dio a sus canciones una calidad natural y conversacional, haciendo que los oyentes sintieran que estaba compartiendo íntimamente sus historias con ellos.
Armado con esta voz sedosa y juguetona, Bennett encontró la fama bastante temprano en su carrera, entregando estándares de jazz junto a artistas como Mel Tormé y Nat King Cole. A mediados de la década de 1960, Frank Sinatra lo promocionaba como “el mejor cantante en el negocio”.
Pero su estilo musical pasó de moda en la década de 1970, un período de escasez durante el cual Bennett casi sucumbe a una sobredosis de drogas. Luego, en la década de 1990, Bennett encontró una nueva audiencia y comenzó una serie de colaboraciones con estrellas musicales contemporáneas que se convertirían en el estándar para su carrera posterior.
Ningún género artístico se consideró prohibido para Bennett. Duets: An American Classic, lanzado para coincidir con su cumpleaños 80 en 2006, vio colaboraciones con estrellas del country como k.d. lang y las Dixie Chicks, ahora conocidas como las Chicks, y la leyenda del soul Stevie Wonder, junto a espíritus afines del jazz como Diana Krall. Duets II, una continuación de 2011, vio más exploraciones con artistas como Aretha Franklin, Queen Latifah, Willie Nelson y Amy Winehouse, en la que se convertiría en la última grabación de la cantante británica.
Pero su atractivo intergeneracional, transgénero y transcultural quizás se ejemplifica mejor en sus colaboraciones con Lady Gaga, empezando en el álbum ganador del Grammy 2014 Cheek to Cheek. La grabación reunió a dos artistas de diferentes generaciones, géneros y procedencias, uniéndolos en una armoniosa celebración de los clásicos del jazz. La colaboración no solo mostró la destreza vocal de cada uno, sino que también envió un poderoso mensaje sobre la naturaleza unificadora de la música.
Lady Gaga, una artista pop con inclinaciones vanguardistas, podría haber parecido una pareja poco probable para Bennett, el cantante de jazz por excelencia. Sin embargo, su química musical y admiración mutua dieron como resultado un álbum que cautivó al público de todo el mundo. Cheek to Cheek trascendió sin esfuerzo los límites musicales, mientras que la presencia magnética del dúo en el escenario y su innegable talento encantaron a los oyentes.
La exitosa fusión de jazz y pop alentó a los artistas a experimentar más allá de los límites tradicionales, lo que llevó a más proyectos de géneros cruzados en toda la industria, lo que demuestra que tales proyectos pueden ir más allá de las novedades únicas y ser rentables.
Arte atemporal
El abrazo de Bennett a los artistas contemporáneos no significó que abandonara su propio yo musical. Al combinar el jazz tradicional con elementos contemporáneos, logró cautivar al público a lo largo de generaciones, atrayendo tanto a fanáticos veteranos como a nuevos oyentes.
Un aspecto clave del éxito de Bennett fue su capacidad para encarnar el sentimiento de la vieja América, que recuerda a artistas como Sinatra, Billie Holiday y Louis Armstrong, mientras infundía matices contemporáneos que resonaban con la condición humana de una era más moderna. Su enfoque de la música capturó tanto la esencia como la lucha de Estados Unidos, dando a sus canciones un atractivo atemporal y universal. Además, su voz transmitía familiaridad y comodidad, similar a escuchar a un tío querido.
Los álbumes de Bennett se destacaron no solo por su voz conmovedora y su entrega impecable, sino también por la forma en que atrajo a otras personas de diversos orígenes musicales a su mundo de sensibilidades del jazz. Como productor, reconoció la importancia de fomentar la creatividad y sacar lo mejor de los artistas.
El enfoque de Bennett para desarrollar su propio sonido, mientras preservaba su esencia, lo distingue como artista. Intrépido en su búsqueda de la innovación, profundizó en elementos musicales contemporáneos y colaboró con productores para infundir nuevas dimensiones sonoras en sus álbumes posteriores. El resultado atrajo a los oyentes a un viaje acústico íntimo e inmersivo, similar a un concierto.
Profundidad de la emoción
Los grandes de la música tienen la capacidad de hablarle a la experiencia humana. Y ya sea en colaboración con otros o por su cuenta, Bennett pudo lograr esto una y otra vez.
Sus álbumes fueron exitosos no solo por su brillantez técnica y musicalidad, sino también porque la voz de Bennett transmitía una profunda emoción que trascendió las barreras del tiempo y la cultura, tocando los corazones de los oyentes de diversos orígenes. Había una universalidad en su música que lo convirtió en un artista amado y venerado en todo el mundo.
La vida de Bennett abarcó décadas de trastornos sociales en los Estados Unidos. Pero en su música, los oyentes siempre pueden encontrar belleza en tiempos difíciles. Y a medida que la industria de la música estadounidense de los siglos XX y XXI pasó por sus propias revoluciones, la evolución artística de Bennett reflejó los cambios, consolidando su lugar como un ícono de la música que desafía los límites del tiempo y las tendencias.
Fuente: The Conversation/ Traducción: Tara Valencia