El 30 de abril de 2024 culminó un enfrentamiento de dos semanas entre la administración de la Universidad de Columbia y manifestantes estudiantiles que abogaban por que la universidad desinvirtiera en empresas que trabajan o apoyan a Israel, un día después de que un grupo de estudiantes ocupara un edificio del campus, Hamilton Hall.
La policía de Nueva York arrestó a 109 manifestantes en Columbia y a otros 173 manifestantes en el City College, en la parte alta de Manhattan, el 30 de abril.
¿En qué se diferencian las universidades a la hora de trabajar con la policía?
La primera aparición documentada de un oficial de policía jurado patrullando un campus universitario fue en 1894 en la Universidad de Yale.
En general, hubo dos enfoques hacia la policía en los campus universitarios. Inicialmente, los administradores de la universidad pidieron a la policía local que respondiera a los problemas con los manifestantes pacifistas durante la guerra de Vietnam y con las protestas por los derechos de las mujeres en la década de 1960. Muchos de esos encuentros no fueron muy bien para nadie, así que se crearon departamentos de policía en los campus. Hoy en día, alrededor de dos tercios de las universidades y facultades –principalmente las públicas, como la Universidad de California en Los Ángeles– tienen sus propios departamentos de policía en el campus. No hay diferencia entre estos policías universitarios y sus homólogos municipales, en términos de formación o autoridad legal.
Otro tercio de los colegios y universidades finalmente optó por contratar sus propios guardias de seguridad privados, no agentes de policía. Columbia y otras universidades de la Ivy League, así como otras instituciones privadas como la Universidad Johns Hopkins, se encuentran en este grupo. Cada vez más, muchos de estos guardias están armados.
Una de las razones por las que se tomaron diferentes opciones fue porque las legalidades de crear un departamento de policía en una universidad privada son más complejas que las de crear departamentos de policía en universidades públicas. Aparte de esta logística, también hubo preocupaciones de imagen sobre si las escuelas realmente querían tener policías armados y uniformados en sus campus.
¿Importa en la práctica esta diferencia entre policía o seguridad privada?
Los colegios y universidades que poseen sus propios departamentos de policía a menudo tienen un memorando de entendimiento o acuerdo de ayuda mutua que formaliza la relación entre el campus y la policía municipal. A menudo, ambos grupos se entrenarán juntos para coordinar mejor su respuesta, por ejemplo, a un tiroteo masivo en el campus. Es probable que en la era posterior a George Floyd, el entrenamiento mutuo incluyera responder a las protestas en el campus.
En el caso de las escuelas sin policía universitaria, el personal de seguridad puede carecer de una amplia formación sobre cómo afrontar las manifestaciones. Como resultado, las cosas pueden empeorar muy rápidamente. Me imagino que el presidente de Columbia hizo el llamado más reciente para traer a la policía de Nueva York debido a una combinación de factores, incluido el hecho de que el personal de seguridad privada puede no haber estado completamente capacitado y equipado para abordar la situación, además de la urgencia percibida de la situación de los estudiantes al apoderarse de un edificio universitario.
¿Qué más es notable acerca de cómo han respondido las diferentes universidades a estas protestas?
Parece haber una amplia variedad en las respuestas tanto de las universidades como de la policía a las protestas. Por un lado está la situación de Columbia, donde literalmente había oficiales de la policía de Nueva York usando drones y otros tipos de tácticas militares para recuperar el edificio que los estudiantes ocuparon por primera vez el 29 de abril.
En la Universidad de Wisconsin, Madison –que tiene su propio departamento de policía en el campus–, el rector de la universidad también tomó la decisión de llamar a la policía de Madison, quizás por diferentes razones. Esto lleva a la pregunta de cómo quieren los administradores universitarios lidiar con estas protestas. ¿Quieren esperar a que pasen los manifestantes? Y si no quieren esperar, ¿con qué rapidez quieren que se despeje el campus?
Ciertamente entiendo que es necesario garantizar que el campus sea seguro. Pero cuando invitas a la policía local o estatal al campus para abordar las protestas, les estás entregando el control de la situación y estás confiando en que tendrán la capacitación y preparación necesarias para entrar y no crear más problemas. Lo que he visto hasta ahora, al menos, es que aquellos que han llamado a las autoridades externas tendrán que responder preguntas sobre el uso de la fuerza contra los manifestantes.
¿Qué es importante saber sobre la respuesta táctica de la policía a las protestas?
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, habló en una conferencia de prensa y explicó el enfoque de la policía de Nueva York para ingresar y despejar el campus de Columbia y me recordó las tácticas militares. Habló de cómo la policía de Nueva York tenía drones volando para identificar mejores puntos de acceso al edificio y dónde estaban los estudiantes. Habló de cifrar la frecuencia de radio de la policía, para que nadie pudiera escucharlos. La vestimenta que usaba la policía y las imágenes de tantos oficiales marchando por la calle me recordaron a un ejército.
Adams dijo que nadie resultó herido en Columbia, pero hay informes que muestran que tres estudiantes resultaron heridos, así como potencialmente algunos agentes de policía. También hubo informes de agentes de policía heridos en la Universidad de Wisconsin, Madison.
En otros lugares, como la UCLA, hubo una fuerte presencia policial en el campus, así como informes de agentes de policía que han utilizado gas pimienta y gases lacrimógenos contra los manifestantes allí y en otros lugares como Florida. Y en la Universidad de Texas en Austin, los funcionarios llamaron a la policía estatal para arrestar a los manifestantes esta semana. Allí también se informó que la policía utilizó gas pimienta y otras tácticas agresivas.
Parte de este fenómeno tiene que ver con el grado en que la policía, a nivel nacional, se está militarizando cada vez más como procedimiento operativo estándar. Por ejemplo, la Universidad Estatal de Ohio compró en 2013 un vehículo blindado militar excedente para su equipo policial.
En la era posterior al 11 de septiembre, las preocupaciones iniciales en materia de aplicación de la ley estaban relacionadas con el terrorismo; ahora la preocupación son los tiradores masivos. En respuesta, muchos departamentos de policía, incluidos los de colegios y universidades, ahora utilizan rutinariamente vigilancia, comunicaciones, equipos y entrenamiento de nivel militar como parte de sus operaciones, de modo que puede parecer que tienes militares en tu campus.
The Conversation. Entrevista: Amy Lieberman. Traducción: Tara Valencia