HomeENTORNOTRANSPORTECaminando sobre vidrios rotos

Caminando sobre vidrios rotos

Publicado el

por Jose Martinez

El sistema del metro tiene un verdadero problema con los vidrios.

Más de dos mil ventanas de trenes y pantallas de cristal líquido en andenes se hicieron añicos en el metro desde agosto de 2020, lo que representa más de un tercio de todo el vandalismo en el tránsito, según muestran las estadísticas de la MTA.

Según los datos de la agencia, hubo 1415 casos de vidrios rotos en los trenes y 628 pantallas de cristal líquido (LCD) rotas en los últimos dos años y medio, solo detrás de las 3014 veces que los trenes fueron marcados con grafiti.

Los fragmentos rotos dejaron un camino de destrucción fea y de reparaciones costosas, pero MTA se negó a dar una cifra en dólares por los daños.

Desde principios de este año, hasta el 3 de abril, hubo 113 incidentes en los que se destrozaron las ventanas o los paneles de vidrio de los trenes, según revelan los números de la MTA. Eso es un aumento del 352% con respecto al mismo período del año pasado, cuando hubo 25 casos.

Mientras tanto, según la MTA, hubo 14 pantallas LCD destrozadas en andenes, paredes o entrepisos de estaciones en lo que va del año, frente a las 104 que habían sido atacadas en el mismo período en 2022.

Pero es posible que los números oficiales no capturen la experiencia del mundo real: The City contó más de tres docenas de pantallas rotas en una revisión de 19 estaciones en el Bronx, Brooklyn, Manhattan y Queens durante la semana pasada.

En la estación de la calle 86, a lo largo de la línea de la avenida Lexington en Manhattan, siete de las 12 pantallas LCD instaladas en las paredes de la plataforma del expreso en dirección sur estaban rotas.

Más en New York Diario:  Un cambio en el paisaje urbano

“Lo odio”, dijo Joyceline Hill, de 63 años, mientras esperaba un tren la semana pasada en la parada del Upper East Side. “Se ve mal en Nueva York y, además, no puedes leer el mapa en la pantalla porque está todo roto”.

La rotura de vidrios también tiene un costo en el servicio, ya que los trenes destrozados deben ser retirados del servicio y ser llevados a los galpones del metro para su reparación.

“Esto no es una broma juvenil, esto es un crimen”, dijo Lisa Daglian, directora ejecutiva del Comité Asesor Permanente de Ciudadanos de la MTA, a The City. “Están destruyendo la propiedad y eso perjudica a todos”.

Silencio ininterrumpido de los funcionarios a cargo

La MTA se negó a decir cuánto se gastó en reemplazar pantallas y ventanas rotas.

“El vandalismo de las pantallas digitales dificulta que los pasajeros obtengan información importante del servicio”, dijo Kayla Shults, portavoz de la MTA, en un comunicado, refiriendo las preguntas sobre el costo a Outfront Media.

Outfront, el gigante de la publicidad contratado por la MTA en 2017 para liderar la instalación de más de 50.000 pantallas digitales en todo el sistema de tránsito por $800 millones, no respondió a múltiples solicitudes de comentarios de The City.

Pero las grietas son claramente visibles en las plataformas del metro de la ciudad.

En Atlantic Avenue-Barclays Center, en Brooklyn, el viernes, tres de las cuatro pantallas en la plataforma en dirección este para los trenes en las líneas 4 y 5 estaban rotas. En 3 Avenue-138th Street, en el Bronx, se rompieron tres pantallas en la plataforma hacia el sur. Y en Times Square-42nd Street, tres de las seis pantallas LCD que cuelgan sobre un entrepiso que conecta varias líneas, también estaban rotas.

Más en New York Diario:  El daño causado por los automóviles

“Parece que estamos en un lugar completamente disfuncional”, dijo Rodolfo Guerrero, de 72 años, quien estaba en la plataforma de la calle 86 donde más de la mitad de las pantallas quedaron destrozadas. “Algunas personas sienten que pueden hacer cualquier cosa en el metro, especialmente de noche”.

La rotura de vidrios ocurrió incluso cuando la policía de Nueva York informó una caída de casi el 20% en los delitos en el metro en 2023, una tendencia que se alineó con la incorporación, el año pasado, de más de 1000 policías a las estaciones de patrulla.

“Son principalmente los EDP [personas con trastornos emocionales] los que están haciendo esto”, dijo Robert Kelley, vicepresidente del Sindicato de Trabajadores del Transporte Local 100, a The City. “Genera gran preocupación entre los usuarios que la gente esté destrozando sus estaciones”.

Si bien la MTA y su contratista de exhibición de publicidad se negaron a decir cuánto se gastó en reparar el vandalismo de vidrios rotos, una juerga de rotura de vidrios en el metro de 2020 costó más de $2 millones, dijo la MTA en ese momento.

En diciembre de 2020, la agencia de tránsito demandó a un hombre de 55 años que fue arrestado por la policía luego de que las cámaras lo captaron, supuestamente, rompiendo seis pantallas digitales en un par de estaciones de Manhattan.

Los pasajeros dijeron que el vandalismo reflejaba los problemas de salud mental que enfrentaban algunos en el metro.

“Hay mucha gente pasando por muchas cosas y es difícil para todos contenerse”, dijo Mike Paulino, quien estaba en la estación de Roosevelt Avenue en Queens. “Dañar la propiedad no está bien, pero al mismo tiempo es un subproducto de nuestro sistema”.

Más en New York Diario:  Estrés periodístico

Fuente: The City/ Traducción: Francis Provenzano

Últimos artículos

Segundo debate presidencial 2024: combustibles fósiles y energías renovables

por Zoya Teirstein Hace un mes, parecía poco probable que la vicepresidenta Kamala Harris alcanzara...

Pánico y locura en viernes 13

por Barry Markovsky ¿Te parecería extraño si me negara a viajar los domingos que caen...

El apoyo de Taylor Swift a Kamala Harris y la política de la celebridad

por Richard T. Longoria Tras meses de especulaciones sobre si la apoyaría o no, Taylor...

Cómo enseñar en la escuela sobre el 11 de septiembre

por Amaarah DeCuir Casi al comienzo de cada año escolar, muchas escuelas de Estados Unidos...

Espacios verdes informales

por Matt Simon Puede que no lo hayas notado, pero una mariposa o una abeja...

Más calor, más mosquitos, más enfermedades

por Zoya Teirstein Un hombre de 41 años murió la semana pasada en New Hampshire...

En los pasajes sonoros

por Marcelo Pisarro La primera oración de Cómo mienten los mapas, el libro de 1991...

Parques igualitarios y accesibles: un viejo sueño de Nueva York

por Irina Verona y Jennifer Carpenter Para los niños, la plaza de juegos es una...

Trabajar en la vejez

por Matthew J. Wolf-Meyer El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump no son...

Peekskill, 1949: racistas, anticomunistas y caos en un recital folk

por Nina Silber Pocos estadounidenses conocen hoy los acontecimientos que ocurrieron hace 75 años en...

Inglés para inmigrantes en Nueva York

por Haidee Chu Cuando Lilybet Barcenas, de 28 años, se mudó por primera vez a...

No le hagas preguntas de vida o muerte a IA

por Samantha Kleinberg A veces, la IA puede ser realmente una cuestión de vida o...

Taylor Swift, gótica

por Matthew J.A. Green Taylor Swift ha cultivado una marca global que podría parecer incompatible...

No hables de cambio climático en la película de tornados

por Jake Bittle Las palabras “cambio climático” no aparecen en absoluto en la nueva película...

Un cambio en el paisaje urbano

por James Aloisi El gran observador florentino de la naturaleza humana, Nicolás Maquiavelo, escribió la...

Sigue leyendo

Segundo debate presidencial 2024: combustibles fósiles y energías renovables

por Zoya Teirstein Hace un mes, parecía poco probable que la vicepresidenta Kamala Harris alcanzara...

Pánico y locura en viernes 13

por Barry Markovsky ¿Te parecería extraño si me negara a viajar los domingos que caen...

El apoyo de Taylor Swift a Kamala Harris y la política de la celebridad

por Richard T. Longoria Tras meses de especulaciones sobre si la apoyaría o no, Taylor...