InicioMIRADASPERSPECTIVASPerder el idioma español es perder parte de lo que soy

Perder el idioma español es perder parte de lo que soy

Publicado el

por Ashally De La Cruz

El español fue mi primera lengua. Era el único idioma que sabía, hasta los cinco años, cuando comencé la escuela en los Estados Unidos.

Al principio, ir a la escuela me daba miedo porque no hablaba inglés. Lloraba y explicaba, lo mejor que podía, que tenía dolor de estómago y necesitaba ir a la enfermería. Luego le decía a la enfermera que tenía que irme a casa.

Ahora es difícil imaginarme luchando con el inglés porque el inglés me parece mucho más natural que el idioma que hablé mis primeras palabras en la República Dominicana. A los diecisiete, escribo, pienso y hasta sueño en inglés.

Pero mi mamá realmente nunca aprendió inglés. Durante la mayor parte de mi vida, traduje documentos gubernamentales al español para ella. He traducido formularios escolares, conferencias de padres y maestros, mensajes de texto, correos electrónicos y canciones en la radio.

Hace aproximadamente un año, mi mamá, una asistente de salud en el hogar, me llamó del trabajo. Trabaja principalmente con hispanohablantes, pero su nueva paciente solo hablaba inglés. La mujer quería cierto tipo de pan del supermercado y había perdido la paciencia tratando de comunicárselo a mi mamá.

La gente tiene muy poca paciencia con aquellos que hablan un mínimo de inglés. Preguntan con prejuicio en su voz: “¿Cómo pudiste vivir en los Estados Unidos durante tanto tiempo y aún no saber inglés?”. Suponen que, después de doce años aquí, es haragana o simplemente no quiere aprender el idioma.

La verdad es más complicada. Aprender un nuevo idioma como adulto requiere tiempo y energía, y eso no es fácil de encontrar cuando se trabajan muchas horas, a veces durante la noche, solo para sobrevivir. Los inmigrantes deberían tener formas más fáciles y asequibles de aprender un nuevo idioma. Mientras que algunos países ofrecen cursos de idiomas gratuitos ilimitados e incluso pagan a los inmigrantes para que aprendan el idioma local, Estados Unidos no lo hace.

Más en New York Diario:  Otro record para Nueva York

Trato de recordar eso cuando ayudo a mi mamá y cuando me piden que traduzca para los clientes en Old Navy, donde trabajo los fines de semana. Requiere tiempo, esfuerzo y concentración fuera de mis responsabilidades laborales, aunque se espera que actúe como si no fuera gran cosa.

Ha sido aún más difícil últimamente porque siento que mi español se me escapa. Los investigadores llaman a esto «deserción del primer idioma» y es común entre las personas, especialmente los niños, que pasan largos períodos de tiempo lejos de su país e idioma nativos.

Después de doce años en Estados Unidos, siempre me olvido de las palabras en español. Me encuentro diciendo «thing» en lugar de «cosa», por ejemplo, y, a veces, necesito usar Google Translate solo para tener una conversación con mi mamá. Como no puedo hablar español tan bien como antes, mis conversaciones con mi mamá se acortan día a día. Una larga charla se convierte en una pequeña charla. No se siente genuina.

Cada vez que me cuesta recordar una palabra o frase en español, me pongo nerviosa. Siento mis mejillas calentarse y enrojecerse. Sé lo que estoy tratando de decir, pero no puedo recordar cómo decirlo. Busco otras palabras, pero termina sonando raro. A veces me doy por vencida cuando no puedo hacerme entender porque sé cómo decir lo que quiero decir en un idioma pero no en el otro.

En estos momentos, puedo sentir que estoy perdiendo una parte importante de mí misma: la parte dominicana. Mi mamá y yo no celebramos muchas tradiciones dominicanas. Solo nuestro idioma español y la comida dominicana (como el mangu con queso frito chirriante, el salami delgado y crujiente y los tostones salados) nos conectan con nuestra patria.

Más en New York Diario:  No deberíamos sentir que la policía es una amenaza

Una de mis resoluciones de Año Nuevo para este año fue hablar español todos los días con mis amigos hispanohablantes. A veces desearía haber trabajado más duro para mantener mi español, pero era algo que no creía que pudiera perder.

Aprender un nuevo idioma es difícil. También lo es mantener uno viejo.

Fuente: Chalkbeat/ Traducción: Tara Valencia

Últimos artículos

La historia de los New York Rens

por Jared Bahir Browsh Por primera vez en veinte años, la NBA comenzó su temporada...

El cirquero de Coney Island que salvó a miles de bebés

por Claire Prentice Enfermeras con uniformes blancos almidonados y médicos con batas médicas atendían a...

Los verdaderos primeros residentes de Nueva York

por Colleen Connolly Cuando los holandeses llegaron en el siglo XVII a lo que hoy...

Así se adaptan las especies para sobrevivir en la ciudad

por Eric Bender Las ratas marrones en la ciudad de Nueva York podrían estar evolucionando...

La huelga que cambió Nueva York

por Jerald Podair   Una cuestión clave que subyace a las elecciones de Virginia de...

El daño causado por los automóviles

por Veronica Davis El 27 de abril de 1996 obtuve mi primera licencia de conducir....

El éxito de los psicópatas

por David Adam Si pensamos en un psicópata, nos vendrán a la mente numerosos villanos...

El turno nocturno

por Jess Reia   Al crecer en un pequeño pueblo de Brasil, mi vida diaria...

Así afecta el cambio climático a la vida en Nueva York  

por Zoya Teirstein Cuando se trata de inundaciones provocadas por el clima, los 67 millones...

Yapa policial en los barrios de Nueva York

por Tara Valencia Nunca había escuchado hablar de la yapa en Nueva York. Luego supe...

Top5: Las cinco mejores películas de Martin Scorsese situadas en Nueva York

por New York Diario Martin Scorsese es uno de los grandes directores de toda la...

El viaje a la escuela de los estudiantes sin hogar

por Reema Amin Ameerah, de nueve años, recuerda cuando su viaje a la escuela era...

Un antídoto contra el miedo y la deshumanización

por Ryan Anderson Hay diferentes cosas que me llevaron a la antropología. Una de ellas...

Halloween en el Día de los Muertos

por Mathew Sandoval Muchos latinos declaran regularmente: “El Día de los Muertos no es el...

¿Qué hacer con las calabazas después de Halloween?

por Ebru Surucu-Balci Este Halloween, sólo en el Reino Unido se desperdiciaron unas 18.000 toneladas...

Sigue leyendo

La historia de los New York Rens

por Jared Bahir Browsh Por primera vez en veinte años, la NBA comenzó su temporada...

El cirquero de Coney Island que salvó a miles de bebés

por Claire Prentice Enfermeras con uniformes blancos almidonados y médicos con batas médicas atendían a...

Los verdaderos primeros residentes de Nueva York

por Colleen Connolly Cuando los holandeses llegaron en el siglo XVII a lo que hoy...