HomeCULTURASMÚSICACuando Bob Dylan transformó la música moderna

Cuando Bob Dylan transformó la música moderna

Publicado el

por Ted Olson

A Complete Unknown, la película biográfica de Bob Dylan protagonizada por Timothée Chalamet, se centra en la transición de Dylan a principios de los años 60, de cantante idiosincrásico de canciones folk a cantautor de renombre internacional.

Como historiador de la música, siempre he respetado una decisión de Dylan en particular, una que dio inicio al período más turbulento y significativo de actividad creativa del joven artista.

En la noche de Halloween de 1964, Dylan, con 23 años, subió al escenario del Philharmonic Hall de la ciudad de Nueva York. Se había convertido en una estrella dentro del género de nicho de la música folk revivalista. Pero en 1964 Dylan estaba construyendo una base de seguidores mucho más grande a través de la interpretación y grabación de sus propias canciones.

Dylan presentó un set en solitario, mezclando material que había grabado previamente con algunas canciones nuevas. Representantes de su sello, Columbia Records, estuvieron presentes para grabar el concierto, con la intención de lanzar el espectáculo en vivo como su quinto álbum oficial.

Habría sido un sucesor lógico de los otros cuatro álbumes de Dylan con Columbia. Con la excepción de una canción, “Corrina, Corrina”, esos álbumes, en conjunto, presentaban exclusivamente actuaciones acústicas en solitario.

Pero a fines de 1964, Columbia archivó la grabación del concierto en el Philharmonic Hall. Dylan había decidido que quería hacer un tipo de música diferente.

De Minnesota a Manhattan

Dos años y medio antes, Dylan, que entonces tenía solo veinte años, comenzó a ganarse elogios dentro de la comunidad de música folk de la ciudad de Nueva York. En ese momento, el resurgimiento de la música folk estaba teniendo lugar en ciudades de todo el país, pero el Greenwich Village de Manhattan era el corazón palpitante del movimiento.

Mezclándose con otros músicos folk y tomando inspiración de ellos, Dylan, que recientemente se había mudado a Manhattan desde Minnesota, consiguió su primer concierto en el Folk City de Gerde el 11 de abril de 1961. Dylan apareció en varios otros clubes de música de Greenwich Village, interpretando canciones folk, baladas y blues. Dylan aspiraba a convertirse, como su héroe Woody Guthrie, en un artista autónomo que pudiera utilizar la voz, la guitarra y la armónica para interpretar la herencia musical de la “vieja y extraña América”, un adagio acuñado por el crítico Greil Marcus para describir el repertorio inicial de Dylan, que estaba compuesto por material aprendido de cancioneros, discos y músicos de antes de la guerra.

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Aunque las versiones de Dylan de canciones más antiguas eran innegablemente cautivadoras, más tarde reconoció que algunos de sus compañeros de la escena de la música folk de principios de los años 60 (en concreto, Mike Seeger) eran mejores a la hora de reproducir estilos instrumentales y vocales tradicionales.

Sin embargo, Dylan se dio cuenta de que tenía una habilidad inigualable para escribir e interpretar canciones nuevas.

En octubre de 1961, el veterano cazatalentos John Hammond contrató a Dylan para grabar para Columbia. Su debut homónimo, publicado en marzo de 1962, incluía interpretaciones de baladas y blues tradicionales, con tan solo dos composiciones originales. Ese álbum vendió sólo 5000 copias, lo que llevó a algunos funcionarios de Columbia a referirse al contrato de Dylan como “la locura de Hammond”.

A toda máquina

Dando la vuelta a la fórmula de su predecesor, el siguiente álbum de Dylan de 1963, The Freewheelin’ Bob Dylan, ofrecía once canciones originales de Dylan y sólo dos canciones tradicionales. La poderosa colección combinaba canciones sobre relaciones con canciones de protesta originales, incluyendo su gran éxito “Blowin’ in the Wind”.

The Times They Are A-Changin’, su tercer lanzamiento, mostraba exclusivamente las propias composiciones de Dylan.

La producción creativa de Dylan continuó. Como testificó en “Restless Farewell”, la canción de cierre de The Times They Are A-Changin’, “Mis pies ahora son rápidos/ y apuntan lejos del pasado”.

Lanzado sólo seis meses después de The Times, el cuarto álbum de Dylan con Columbia, Another Side of Bob Dylan, presentó grabaciones acústicas en solitario de canciones originales que eran líricamente aventureras y menos centradas en los acontecimientos actuales. Como lo sugiere su canción “My Back Pages”, Dylan estaba rechazando la idea de que podía –o debía– hablar en nombre de su generación.

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Uniendo todo

A fines de 1964, Dylan anhelaba romper de manera permanente con las restricciones del género folk, y con la noción de “género” en su totalidad. Quería subvertir las expectativas del público y rebelarse contra las fuerzas de la industria musical que intentaban encasillarlo a él y a su trabajo.

El concierto en el Philharmonic Hall transcurrió sin problemas, pero Dylan se negó a permitir que Columbia lo convirtiera en un álbum. La grabación no generaría un lanzamiento oficial hasta dentro de cuatro décadas.

En cambio, en enero de 1965, Dylan entró al Estudio A de Columbia para grabar su quinto álbum, Bringing It All Back Home. Pero esta vez, abrazó el sonido del rock eléctrico que había energizado a Estados Unidos a raíz de la Beatlemanía. Ese álbum tenía canciones con letras de flujo de conciencia que presentaban imágenes surrealistas, y en muchas de las canciones Dylan interpretó con el acompañamiento de una banda de rock.

Bringing It All Back Home, publicado en marzo de 1965, marcó el tono de los dos álbumes siguientes de Dylan: Highway 61 Revisited, en agosto de 1965, y Blonde on Blonde, en junio de 1966. Los críticos y los fans han considerado durante mucho tiempo estos tres últimos álbumes, que vibran con lo que el propio cantautor llamó “ese sonido fino y salvaje de mercurio”, como uno de los mejores momentos de la era del rock.

El 25 de julio de 1965, en el Newport Folk Festival, Dylan invitó a los miembros de la Paul Butterfield Blues Band al escenario para acompañar tres canciones. Dado que las expectativas del género para la música folk durante esa época incluían instrumentación acústica, el público no estaba preparado para las ruidosas actuaciones de Dylan. Algunos críticos consideraron que el set era un acto de herejía, una afrenta a la propiedad de la música folk. Al año siguiente, Dylan se embarcó en una gira por el Reino Unido y un miembro del público en la parada de Manchester lo abucheó tristemente por abandonar la música folk, gritando: “¡Judas!”.

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Sin embargo, los riesgos creativos que asumió Dylan durante este período inspiraron a innumerables músicos: grupos de rock como los Beatles, los Animals y los Byrds; grupos de pop como Stevie Wonder, Johnny Rivers y Sonny and Cher; y cantantes de country como Johnny Cash.

Reconociendo el nivel que estableció la composición de Dylan, Cash, en las notas del álbum de Dylan de 1969, Nashville Skyline, escribió: “Es un poeta increíble”.

Inspirados por el ejemplo de Dylan, muchos músicos experimentaron con su propio sonido y estilo, mientras que artistas de una variedad de géneros le rindieron homenaje interpretando y grabando sus canciones.

En 2016, Dylan recibió el Premio Nobel de Literatura “por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”. Su exploración temprana de esta tradición se puede escuchar en sus primeros cuatro álbumes con Columbia, discos que sentaron las bases para la augusta carrera de Dylan.

En 1964, Dylan era el centro de atención en Greenwich Village. Pero ahora, como nunca se durmió en los laureles, es el centro de atención del mundo.

Conversation. Traducción: Sarah Díaz-Segan

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