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El cambio climático aumenta las hospitalizaciones por consumo de alcohol

Publicado el

por Zoya Teirstein

Muchos estudios demostraron que el cambio climático amenaza la producción de alcohol en todo el mundo, desde los viñedos en Francia hasta las destilerías de whisky en Escocia. Ahora hay evidencia alarmante de que el cambio climático también afecta las hospitalizaciones por consumo de alcohol.

Un estudio publicado en la revista Nature Communications Medicine encontró que los aumentos de temperatura debidos al cambio climático provocaron, en el estado de Nueva York, un marcado aumento en el número de visitas al hospital por trastornos relacionados con el alcohol, como intoxicación por alcohol, abstinencia de alcohol y trastornos en el sueño inducidos por el alcohol. “Descubrimos que había una relación casi lineal entre el aumento de temperatura y las admisiones y visitas hospitalarias por trastornos relacionados con el alcohol”, dijo Robbie Parks, epidemiólogo ambiental de la Universidad de Columbia y autor principal del estudio.

Los investigadores también encontraron asociaciones entre la temperatura y las hospitalizaciones relacionadas con el cannabis, la cocaína, los opioides y el uso de sedantes, un resultado que se sintió con mayor intensidad en las áreas suburbanas y rurales fuera de la ciudad de Nueva York. Pero la conexión entre las hospitalizaciones relacionadas con el consumo de alcohol y la temperatura fue la más “sólida” del estudio, dijo Parks.

Un creciente conjunto de investigaciones muestra que los estadounidenses se volvieron cada vez más dependientes de las drogas, especialmente los opioides, y el alcohol en las últimas décadas. Desde principio de siglo, se quintuplicó el número de muertes por sobredosis en Estados Unidos. Esta tendencia podría empeorar aún más “con el aumento de las temperaturas debido al cambio climático”, escriben los autores del estudio.

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Al observar los registros de ingresos hospitalarios y compararlos con los datos meteorológicos a lo largo de tres décadas entre 1995 y 2014, los investigadores descubrieron cómo los picos de temperatura a corto plazo en el transcurso de pocos días afectan las tasas de ingresos hospitalarios relacionados con el uso de sustancias.

Incluso un ligero aumento de la temperatura, digamos de -9 grados C una semana a -6 grados C la semana siguiente, o de 15 a 18 grados C, provocó más hospitalizaciones por consumo de sustancias. Esa tendencia se mantuvo fuerte desde -5 grados C hasta 30 grados C, el rango completo de temperaturas promedio diarias en todo el estado de Nueva York entre 1995 y 2014.

“No es sólo estacional”, dijo Parks. “Si hoy fuera cinco grados más caluroso que a esta hora la semana pasada o a esta hora la próxima semana, esperaríamos más visitas al hospital por trastornos por alcohol y sustancias”.

Las temperaturas promedio diarias en Nueva York aumentaron 3 grados en todo el estado desde 1970 y se espera que aumenten otros 3 grados para 2080, debido a los efectos de calentamiento de la quema de combustibles fósiles. Esta tendencia contribuyó a las fluctuaciones de temperatura a corto plazo que Parks y su equipo compararon con las tasas de hospitalización locales en su estudio.

Investigaciones anteriores demostraron que las fluctuaciones de temperatura pueden influir en el consumo de drogas en los Estados Unidos y en el extranjero, pero este estudio es uno de los primeros en analizar diferentes tipos de drogas y encontrar que el cambio climático está relacionado con aumentos en las admisiones hospitalarias por trastornos relacionados con el alcohol en Estados Unidos, específicamente. Parks y su equipo descubrieron que el patrón era casi universal en todas las características demográficas que observaron, que incluían la edad, el sexo y la vulnerabilidad social (un término general para el estatus socioeconómico y minoritario). El estudio controló las variaciones estacionales en el consumo de alcohol, como la tendencia de las personas a beber más durante las vacaciones de invierno y los meses de verano.

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“Esto es obviamente relevante en el contexto del cambio climático, donde anticipamos temperaturas promedio más altas, incluidas olas de calor más frecuentes y severas”, dijo Francis Vergunst, profesor asociado de la Universidad de Oslo que ha investigado los efectos del cambio climático sobre trastornos del comportamiento y no participó en el estudio de Columbia. “Eso significa que habrá más días en los que las personas podrían estar consumiendo sustancias a niveles nocivos, que podrían requerir ingreso hospitalario”.

Aunque no está del todo claro por qué el aumento de las temperaturas provoca más hospitalizaciones por consumo de sustancias, Vergunst dijo que los investigadores tienen algunas ideas sobre lo que puede estar detrás de esta tendencia. Una posible explicación es que las personas son más impulsivas y desinhibidas durante los períodos de calor elevado, lo que las lleva a beber más y consumir más drogas. Para algunos tipos de drogas, como los opioides, el clima cálido puede disminuir los efectos percibidos de la droga y llevar a las personas a tomar dosis más altas para alcanzar el nivel deseado de embriaguez, lo que a su vez podría contribuir a más ingresos hospitalarios por sobredosis. Beber alcohol, que popularmente se cree que eleva la temperatura interna del cuerpo, en realidad desestabiliza la capacidad del cuerpo para regular su temperatura central, lo que también podría contribuir a las hospitalizaciones durante períodos de calor elevado.

“Creo que es realmente importante empezar a comprender cuáles son esos factores subyacentes”, dijo Vergunst, “porque ese podría ser el principal punto potencial de intervención”. En otras palabras, comprender qué causa que las personas consuman más drogas a medida que aumentan las temperaturas será crucial para evitar que terminen en el hospital debido a una sobredosis o alguna otra afección relacionada con la sustancia.

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El estudio no hace proyecciones sobre cómo el calentamiento futuro debido al cambio climático puede influir en la prevalencia de las admisiones hospitalarias por consumo de sustancias, y Parks advirtió contra la extrapolación de los datos de Nueva York al resto del país. Es necesario realizar más investigaciones para descubrir cómo responden las personas que viven en los diversos y distintos climas de los Estados Unidos al aumento de las temperaturas. Pero Parks dijo que el estudio insinúa la posibilidad de una tendencia más amplia que debe investigarse. Es un punto de partida para empezar a comprender cómo el cambio climático puede influir en el consumo de sustancias en todo el país y en otros lugares.

“Nueva York es el cuarto estado más grande del país, uno de los más diversos, uno de los más extremos en términos de perfil sociodemográfico”, dijo Parks. “Se podría suponer, aunque con cautela, que esto será un problema en Estados Unidos y en todo el mundo”.

Fuente: Grist/ Traducción: Mara Taylor

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