HomeMIRADASÑUYORKLa gente tiende a andar en bicicleta donde hay lugares para andar...

La gente tiende a andar en bicicleta donde hay lugares para andar en bicicleta

Publicado el

por Sarah Díaz-Segan

Puedo explicarlo en tres palabras. Bueno, no, supongo que necesito unas pocas más. Las contaré al escribirlas. Ahí van: el Bike Line del puente de Brooklyn. Fueron siete palabras. Porque sumo artículos y preposiciones y la aclaración de que me refiero al puente de Brooklyn. Habitualmente diría tres: the Bike Lane.

Muchas personas se sorprenden de que se sigan usando bicicletas luego de que la crisis sanitaria de la pandemia de Covid-19 haya sido depositada en los libros de historia. Muchas más personas, luego de sorprenderse, ponen como caso de ejemplo a Nueva York y al programa de bicicletas compartidas Citi Bike. Y está bien. Es un buen ejemplo.  Porque somos neoyorquinos: usamos el carnet de conducir para cualquier cosa excepto conducir.

Cuando nuestros medios de transporte se volvieron sospechosos, o al menos propensos a ser evitados, aparecieron las bicicletas. Corrección: aparecieron más bicicletas. Siempre me dieron gracia las bromas sobre los estereotipos de Brooklyn: bicicletas en las veredas y cafeterías de ventana. Me daban gracia porque eran un estereotipo delicioso. Celebrable. Ahora me dan gracia porque es un estereotipo que se exportó a montones de otras ciudades del país y a montones de otras ciudades de más allá. Bicicletas y cafeterías. Bien. La pólvora no se inventa dos veces. Hecho en Brooklyn.

Entonces se publican los porcentajes y las explicaciones. Que tienen más de tres palabras. Porcentajes: según datos de la Oficina de Estadísticas de Transporte, el número de pasajeros anuales de los programas de bicicletas compartidas en seis ciudades grandes (Nueva York, Jersey, Chicago, San Francisco, Boston y Washington) aumentó un 27% en 2022, en comparación con los niveles previos a la pandemia, lo que suma casi 45 millones de viajes, y se espera que en 2023 se rompa el récord. Buenas noticias, para variar. Pero cuando llegan las explicaciones, que son muchas, algunas buenas, otras no, me quedo con mis tres palabras.

Más en New York Diario:  Quejándose de las flamantes matrículas de Nueva York

Me acuerdo —mucha gente se acuerda— de una frase del sociólogo William “Holly” Whyte en The Social Life of Small Urban Spaces, su documental sobre las plazas de Nueva York en la década de 1980: “La gente tiende a sentarse donde hay lugares para sentarse”.

Es eso. La gente tiende a andar en bicicleta donde hay lugares para andar en bicicleta. Todas las explicaciones se reducen a infraestructura y cultura de uso de dicha infraestructura. Entonces pienso en la Bike Lane. Es un carril de dos manos en el puente de Brooklyn, protegido del tránsito por un enrejado feo, que se inauguró en septiembre de 2021. Todavía con la excusa de la pandemia. Por supuesto que mucha gente se quejó. Y no sólo automovilistas. También mucha gente que había exigido durante años lugares para bicicletas. No les gustó el enrejado. Para empezar. Todo atendible. Esto es Nueva York. Nos gusta quejarnos.

Pero el carril protegido sigue ahí. ¿Por qué más personas usan bicicletas? Tres palabras: el Bike Lane. O también: porque la gente tiende a andar en bicicleta donde hay lugares para andar en bicicleta.

Últimos artículos

Los desastres naturales son desastres sociales

por Dana J. Graef Cuando el huracán Harvey arrojó más de un metro de lluvia...

Calor extremo en la prisión

por Sarak Hopkins Marci Simmons recuerda sus días en una prisión estatal de Texas como...

Tratamiento facial para estatuas de piedra

por Melanie Marich En un día bochornoso y nublado de verano, un equipo de pasantes...

Fuera, Biden

por Emma Shortis Las grietas bajo los pies del presidente estadounidense Joe Biden continúan ampliándose. Si...

Una historia de la refrigeración de alimentos

por Angela Chen En la esquina de la mayoría de las cocinas hay una caja...

El puño de Donald Trump

por Roger J. Kreuz En los frenéticos momentos en que agentes del Servicio Secreto rodearon...

Nueva York según Paul Auster

por Ramón Espejo Romero Nueva York es la ciudad más icónica del siglo XX y...

Equidad lingüística en las escuelas

por Sunisa Nuonsy Me alegré cuando se supo, el mes pasado, que el Departamento de...

Un juicio a la contaminación acústica

por Joanne Silberner El pasado junio, un grupo de defensa del ruido, Quiet Communities, demandó...

Cómo determinar si una teoría conspirativa es falsa

por H. Colleen Sinclair Las teorías de conspiración están en todas partes y pueden involucrar...

Arquitectura hostil

por Robert Rosenberger Si no tienes refugio y te arrestan por dormir afuera, ¿te castigan...

Tu médico debe preguntarte por la calidad del aire que respiras

por Eve Andrews Una visita anual al médico a menudo implica cierto grado de mentira...

Primer debate presidencial 2024: Joe Biden derrotó a Joe Biden

por Mary Kate Cary Creo que Estados Unidos acaba de ver cómo se hacía historia. Al...

Primer debate presidencial 2024: mentirosos y confundidos

por Karrin Vasby Anderson Una de las primeras definiciones de buena oratoria que aprendí como...

El senador con la bola de nieve

por Dana J. Graef Mientras estaba en el pleno del Senado en Washington, D.C., en...

Sigue leyendo

Los desastres naturales son desastres sociales

por Dana J. Graef Cuando el huracán Harvey arrojó más de un metro de lluvia...

Calor extremo en la prisión

por Sarak Hopkins Marci Simmons recuerda sus días en una prisión estatal de Texas como...

Tratamiento facial para estatuas de piedra

por Melanie Marich En un día bochornoso y nublado de verano, un equipo de pasantes...