El humo de los incendios forestales en todo el territorio continental de Estados Unidos está estancando (en algunos lugares, revirtiendo) años de progreso en materia de calidad del aire.
Un nuevo estudio publicado en Nature encontró que, desde 2016, el humo de los incendios forestales anuló el 25% de las mejoras en la calidad del aire logradas desde 2000.
“No hemos vuelto a los niveles de 2000. Pero en algunas partes del país vamos en esa dirección”, dijo Marshall Burke, autor principal del estudio y profesor de política ambiental en la Universidad de Stanford.
Esto es preocupante porque estudios anteriores encontraron que el humo de los incendios forestales es perjudicial para la salud humana. No es sólo que exacerbe enfermedades respiratorias como el asma; respirar el humo de los incendios forestales también se asocia con un mayor riesgo de cáncer, ataques cardíacos y parto prematuro.
“Básicamente encontramos que no existe un nivel seguro de exposición”, dijo Burke.
Su último estudio encontró que la contaminación del aire variaba según el estado: en Oregón, el humo de los incendios forestales se volvió tan grave que borró gran parte del progreso en la calidad del aire de las últimas dos décadas.
El problema no se limita al oeste. Burke señaló que el estudio encontró que el humo influía en los niveles de contaminación incluso en el sur, el medio oeste y el noreste, regiones donde los incendios forestales son mucho menos comunes.
“La influencia del humo de los incendios forestales es amplia y está afectando a poblaciones que antes no se veían afectadas”, dijo Burke. “Estamos viendo influencia en estados que básicamente no tienen sus propios incendios forestales. Se están viendo afectados por incendios forestales que se producen a miles de kilómetros de distancia”.
El nuevo estudio analizó datos hasta 2022, lo que significa que no incluyó ningún dato del humo de los incendios forestales canadienses que cubrió a la ciudad de Nueva York con una neblina naranja a principios de este año, ni la contaminación del aire producida por el incendio forestal de West Maui el mes pasado, el más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos.
Los investigadores utilizaron datos terrestres y satelitales que solo estaban disponibles de manera integral para los 48 estados contiguos, dijo Burke. El estudio también señala que la contaminación del aire provocada por incendios forestales no está incluida actualmente en ninguna regulación federal de calidad del aire.
Se espera que el número de incendios forestales a nivel mundial crezca un 50% para 2100, según un informe publicado el año pasado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el grupo ambiental sin fines de lucro GRID-Arendal, con sede en Noruega.
Un factor clave detrás del aumento de la contaminación por incendios forestales en Estados Unidos es el cambio climático. Pero otra razón es la mala gestión de la tierra. Un estudio reciente encontró que las quemas prescritas podrían reducir la exposición al humo de los incendios forestales en California. Las comunidades indígenas de la zona han utilizado este tipo de quemas intencionales para gestionar los bosques durante miles de años. Pero, en 1850, el gobierno de Estados Unidos prohibió esos incendios.
Ésa es una razón clave por la que tantos bosques están cubiertos de capas y capas de combustible listo para usar. En las Sierras “es simplemente sorprendente la cantidad de árboles y madera muertos que hay en el bosque”, dijo Burke.
“Hay partes del bosque por las que literalmente no se puede caminar debido al combustible acumulado”, dijo. “Así que esas cosas están listas para encenderse si hace calor y tienes una chispa”.
Más recientemente, California cambió su postura, facilitando que los practicantes de la cultura indígena realicen quemas controladas, pero todavía existen muchos obstáculos para realizar quemas prescritas, incluidos los temores de responsabilidad legal y la inmensidad de los propios bosques. Mientras tanto, las comunidades indígenas se encuentran entre las expuestas a una cantidad desproporcionada de humo de incendios forestales.
Además de cambiar las políticas de gestión de la tierra, también hay cosas que las personas pueden hacer personalmente para ayudar a proteger su salud y la de sus familias. Heidi Huber-Stearns es investigadora de la Western Forest and Fire Initiative de la Escuela de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Michigan. Recomienda que las personas visiten AirNow.gov para ver datos actualizados sobre la calidad del aire en sus comunidades. La Agencia de Protección Ambiental también proporciona una caja de herramientas lista para usar con sugerencias sobre cómo proteger tu salud y como crear tu propio dispositivo de limpieza de aire interior.
Pero Huber-Stearns añade que no todo el mundo se enfrenta al mismo riesgo por el humo de los incendios forestales. Al igual que los pueblos nativos, los trabajadores al aire libre y las personas sin vivienda tienen más probabilidades de estar expuestos a la contaminación del aire. Las personas sin acceso a la tecnología y que no hablan inglés tienen menos probabilidades de beneficiarse de los recursos existentes.
“Estos problemas no sólo son prevalentes, sino que también existen algunas preocupaciones bastante importantes sobre la equidad y el acceso en cuanto a quién puede obtener qué tipo de apoyo para afrontar los eventos de humo”, dijo.
Fuente: Grist/ Traducción: Tara Valencia