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¿Por qué recibo tantas encuestas políticas en mi teléfono?

Publicado el

por Rachel Kahn

Tu teléfono vibra. ¿Será un amigo que te invita a un happy hour? ¿Tu pareja compartiendo esa canción que no puede dejar de escuchar? ¿Tu compañero de trabajo enviándote un TikTok? ¡No! Es una encuesta que te pide tu opinión sobre temas de las elecciones locales.

Quizás provenga de una institución académica reconocida, como las universidades de Marist o Siena, o de una empresa con un nombre sospechosamente genérico como “Investigaciones-Encuestas”. Si haces clic en el enlace del mensaje, te dirigirá a una página web donde podrás responder preguntas sobre tu postura respecto a las próximas elecciones para alcalde, contralor, defensor del pueblo o concejo municipal.

Pero con la cantidad de mensajes fraudulentos que circulan, es comprensible que no quieras hacer clic en un enlace de un número desconocido.

“Obviamente, la gente recibe mensajes de texto todo el tiempo de quién sabe quién, y eso es un problema para los encuestadores, porque preferiríamos que la gente confiara un poco más en lo que recibe”, dijo Nick Gourevitch, encuestador principal y presidente de Global Strategy Group, una firma de asuntos públicos.

Si estás recibiendo estos mensajes, aquí te explicamos por qué y qué hacer cuando te lleguen.

¿Por qué recibo tantos mensajes de texto?

Una razón por la que los mensajes de texto con encuestas son tan comunes es que son baratos.

“Es más barato que hacer encuestas puerta a puerta y pararse frente a una persona”, dijo Denny Salas de Gotham Polling and Analytics (Gotham Polling no está trabajando con ninguna campaña para la alcaldía; sí publicaron una encuesta sobre la contienda en febrero).

Si recibes muchos mensajes de texto sobre política local, probablemente se deba a que ya has votado en una elección primaria de la ciudad, o incluso en más de una.

Según Salas, como los encuestadores buscan sondear a personas que probablemente voten, la mejor manera de predecirlo es observar quién ha votado en el pasado. Los principales objetivos de las encuestas son los que ellos llaman votantes prime. Salas dice que compran registros a empresas como L2 Data para saber a quién encuestar.

“Si eres un votante triple prime, significa que has votado en las últimas tres elecciones primarias. Doble prime, lo mismo, pero en las últimas dos”, explicó.

“Si eres uno de esos votantes doble prime o triple prime, lo lamento por ti, porque al final del día, todos los candidatos te tienen en la mira”, dijo Salas.

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¿Cómo puedo detectar una estafa?

Las reglas para identificar un mensaje de texto político fraudulento son similares a las de cualquier estafa: si te pide información personal o promete algo que Salas llama “demasiado bueno para ser verdad”, como una gran recompensa económica, es mejor que lo evites.

“Si alguno te pide información personal (tu número de Seguro Social, tu nombre, tu dirección, tus datos bancarios), deberían saltar todas las alarmas de inmediato”, dijo Salas.

Parte de esa información es más peligrosa de compartir que otra: no todas las encuestas que preguntan tu nombre buscan estafarte. Pero, como señaló Salas, si un encuestador te ha contactado, por lo general ya sabe datos como tu nombre y dirección.

“Si ya te enviamos un mensaje de texto con una encuesta, ya sabemos quién eres, ya tenemos esa información”, dijo. “Fuiste elegido y formaste parte de ese grupo por una razón”.

Hay algunas encuestas que utilizan el dinero como incentivo, pero Salas dice que no deberían prometer más de $10 o $15 dólares.

“Si alguien te ofrece $100 o $200, eso es una señal de alerta inmediata”, afirmó.

Un mensaje de una encuesta real también está legalmente obligado a incluir una cláusula para darte de baja, como “envía ALTO para cancelar la suscripción”. Es posible que los mensajes fraudulentos no la incluyan.

Y el hecho de que no reconozcas el nombre de la organización que te envía el mensaje no significa necesariamente que sea una estafa; podría ser simplemente una campaña que intenta obtener una lectura imparcial de los votantes potenciales ocultando su identidad.

“Un nombre ambiguo puede parecer más malintencionado, pero al menos no contamina tus resultados”, dijo Gourevitch. Por ejemplo, su empresa, GSG, trabaja con un centro de llamadas para realizar sus encuestas, por lo que nunca recibirás un mensaje de Global Strategy Group, aunque sean ellos quienes estén llevando a cabo una encuesta para un candidato (Gourevitch personalmente no está trabajando con ningún candidato en este ciclo electoral, pero GSG está trabajando en la campaña para la alcaldía del contralor de la ciudad, Brad Lander).

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Si recibes una estafa, esto es lo que debes hacer

Una vez que hayas identificado que tu mensaje de texto podría ser sospechoso, puedes denunciarlo a la Junta Electoral de la ciudad y/o a la oficina del Fiscal General.

En junio del año pasado, antes de las primarias presidenciales, algunas personas recibieron mensajes de texto con información incorrecta sobre su lugar de votación. Para estar seguro, siempre verifica cualquier información electoral en una fuente oficial. Puedes encontrarla en el sitio web de la Junta Electoral estatal aquí y en el de la ciudad aquí.

Encuestas públicas, pruebas de mensajes y proselitismo

Dependiendo de quién realice la encuesta, buscará información diferente y tendrá objetivos distintos.

Las encuestas públicas, generalmente realizadas por instituciones académicas en colaboración con medios de comunicación, buscan hablar con una muestra representativa de votantes para hacer generalizaciones sobre un grupo más grande.

Después de la encuesta, publicarán sus resultados. Y siempre se identificarán, para que sepas con quién estás hablando, dijo Lee Miringoff, director senior del Instituto Marist de Opinión Pública.

Con las encuestas realizadas por las campañas, es más difícil saberlo.

“Hay muchas campañas para la alcaldía en este momento, y sin duda algunas están haciendo encuestas de campaña, y otras simplemente están haciendo proselitismo bajo la apariencia de una encuesta”, explicó Miringoff.

Una encuesta interna de una campaña es similar a una encuesta pública, con la diferencia de que los resultados probablemente no se publicarán. En su lugar, se utilizarán para orientar la estrategia de la campaña. Parte de esto podría incluir el “testeo de mensajes”, donde un candidato prueba diferentes descripciones para ver cuál resuena más con los votantes.

También hay algunas encuestas que se disfrazan de sondeos, pero que en esencia son solo material de campaña presentado en formato de encuesta, ofreciéndote información persuasiva sobre el candidato y, potencialmente, información negativa sobre sus competidores.

Si recibes una encuesta que, al principio, parece normal, pero que rápidamente comienza a bombardearte con información negativa sobre un candidato, eso se llama una “push poll” o encuesta de presión.

Por ejemplo, un reportero de The City recibió un enlace a una encuesta a principios de este año de “Research-Polls” que ofrecía declaraciones negativas sobre Justin Brannan, miembro del Concejo Municipal y candidato a contralor, como “Justin Brannan es un acosador”, y declaraciones positivas sobre su oponente, el presidente del distrito de Manhattan, Mark Levine. La campaña de Levine no hizo comentarios.

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“En la ciudad de Nueva York, donde comprar espacios en los medios es muy caro, esto es mucho más barato que comprar tiempo en televisión”, dijo Miringoff. “Es el proselitismo puerta a puerta, pero en versión de alta tecnología”.

“Es una campaña negativa, y es como: ‘Oye, déjame informarte sobre todo lo malo que ha hecho esta persona'”, dijo Salas. “Y puedes darte cuenta de quién será su candidato porque usarán un lenguaje favorable o neutro para él”.

Según Gourevitch, las “push polls” encajan más en la categoría de proselitismo: no intentan ver cómo ciertos mensajes o atributos funcionan con un grupo de votantes, sino que simplemente intentan convencer a individuos de las fortalezas de su candidato.

“Estás tratando de llegar a la mayor cantidad de gente posible, no para realizar una encuesta estadísticamente representativa de 600 personas en una ciudad de 8 millones, sino para llegar a la mayor cantidad de gente posible con el fin de influir en sus opiniones”, explicó.

Cierta cantidad de pruebas de mensajes por parte de los candidatos es normal: usan encuestas para definir su estrategia de campaña. Pero como persona que responde la encuesta, la diferencia entre una campaña que está probando mensajes para futuros anuncios y lo que es esencialmente un anuncio en sí mismo, es confusa.

“Nunca verás los resultados, y no sabes si te están encuestando o si te están haciendo proselitismo”, dijo Miringoff.

En última instancia, responder o no a una encuesta depende de tu propio criterio. Ni las encuestas públicas ni los recolectores de información para campañas intentan estafarte, así que puedes decidir si quieres dar tus opiniones a quienquiera que esté al otro lado de la línea, incluso si no sabes exactamente quién es.

“Es divertido y bueno participar”, dijo Salas (todos los encuestadores con los que hablamos quieren que la gente responda a las encuestas). “Yo los animaría, pero que estén atentos a las señales de alerta”, continuó.

Y, para Salas, no toda encuesta merece tus opiniones sinceras. “¿Si es una push poll? Juega con ella”, dijo.

The City. Traducción: Tara Valencia.

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