por Zoya Teirstein
Un hombre de 41 años murió la semana pasada en New Hampshire tras contraer una rara enfermedad transmitida por mosquitos llamada virus de la encefalitis equina del este, también conocida como EEE o triple E. Fue el primer caso humano de la enfermedad en New Hampshire en una década. Este año se han notificado otras cuatro infecciones humanas por EEE en Wisconsin, Nueva Jersey, Massachusetts y Vermont.
Aunque este brote es pequeño y la triple E no supone un riesgo para la mayoría de las personas que viven en los Estados Unidos, tanto los funcionarios de salud pública como los investigadores están preocupados por la amenaza que el virus mortal supone para el público, tanto este año como en los veranos futuros. No se conoce cura para la enfermedad, que puede causar síntomas graves parecidos a la gripe y convulsiones en los seres humanos entre cuatro y diez días después de la exposición y mata entre el 30 y el 40 por ciento de las personas a las que infecta. La mitad de las personas que sobreviven a una infección por triple E quedan con daño neurológico permanente. Debido a la alta tasa de mortalidad de la EEE, los funcionarios estatales han comenzado a rociar insecticidas en Massachusetts, donde diez comunidades han sido designadas como “críticas” o de “alto riesgo” para la triple E. Las ciudades del estado cerraron sus parques desde el anochecer hasta el amanecer y advirtieron a la gente que se quedara en el interior después de las 6 p.m., cuando los mosquitos están más activos.
Al igual que el virus del Nilo Occidental, otra enfermedad transmitida por mosquitos que representa un riesgo para las personas en los Estados Unidos cada verano, la triple E se ve limitada por factores ambientales que están cambiando rápidamente a medida que el planeta se calienta. Esto se debe a que los mosquitos prosperan en las condiciones más cálidas y húmedas que está produciendo el cambio climático.
“Hemos visto un resurgimiento de la actividad del virus de la encefalitis equina del este en el transcurso de los últimos diez años aproximadamente”, dijo Theodore G. Andreadis, un investigador que estudió las enfermedades transmitidas por mosquitos en la Estación Experimental Agrícola de Connecticut, un organismo de investigación y divulgación pública del gobierno estatal, durante 35 años. “Y hemos visto un avance hacia regiones más al norte donde anteriormente no se había detectado”. Los investigadores no saben qué causa que el virus aumente y disminuya, pero Andreadis dijo que está claro que el cambio climático es uno de los factores que estimulan su propagación, particularmente en nuevas regiones.
El primer brote de triple E registrado ocurrió en Massachusetts en la década de 1830, en caballos, razón por la cual una de las tres E significa “equino”. No fue hasta un siglo después, en 1934, cuando se incriminó a los mosquitos como posibles vectores de la enfermedad. Los primeros casos humanos registrados de la enfermedad también ocurrieron en Massachusetts cuatro años después, en 1938. Hubo 38 casos humanos en el estado ese año; 25 de ellos fueron fatales. Desde entonces, los casos humanos se han registrado principalmente en los estados de la Costa del Golfo y, cada vez más, en el Noreste. De 1964 a 2002, en el Noreste, hubo menos de un caso de la enfermedad por año. De 2003 a 2019, el promedio en la región aumentó a entre 4 y 5 casos por año.
La enfermedad se transmite por dos tipos de mosquitos. El primero es una especie llamada Culiseta melanura, o mosquito de cola negra. Este mosquito tiende a vivir en pantanos de madera dura y se alimenta de aves como petirrojos, garzas y reyezuelos, propagando el virus entre ellos. Pero el mosquito melanura no suele picar a los mamíferos. Una especie diferente de mosquito, Coquillettidia perturbans, es la principal responsable de la mayoría de los casos humanos de la enfermedad notificados en Estados Unidos. El mosquito perturbans contrae el virus de la EEE cuando se alimenta de aves y luego infecta a los humanos y caballos a los que pica. Hacia finales del verano, cuando los mosquitos han alcanzado su número máximo y empiezan a pugnar por cualquier alimento de sangre disponible, comienzan a aparecer casos humanos.
Andreadis, que publicó una retrospectiva histórica sobre la progresión de la triple E en el noreste de Estados Unidos en 2021, dijo que el cambio climático ha surgido como un importante impulsor de la enfermedad.
“Tenemos inviernos más suaves, veranos más cálidos y tenemos extremos tanto en precipitaciones como en sequías”, dijo. “El impacto que esto tiene en las poblaciones de mosquitos es probablemente bastante profundo”.
Las temperaturas medias globales más cálidas generalmente producen más mosquitos, sin importar la especie.
Los estudios han demostrado que las temperaturas del aire más cálidas hasta un cierto umbral, alrededor de 32 grados Celsius, acortan la cantidad de tiempo que tardan los huevos de C. melanura en eclosionar. Las temperaturas más altas en primavera y otoño extienden la cantidad de días que los mosquitos tienen para reproducirse y alimentarse. Y se alimentarán más veces en una temporada de verano si hace más calor: los mosquitos son ectotérmicos, lo que significa que su metabolismo se acelera con temperaturas más altas.
La lluvia también juega un papel en la reproducción y la actividad de los mosquitos, ya que los huevos de mosquito necesitan agua para eclosionar. Una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que significa que incluso pequeñas precipitaciones arrojan más agua hoy que el siglo pasado. Cuanto más agua estancada haya en las cunetas de las carreteras, en los neumáticos de los coches abandonados, en los estanques, en los pantanos y en los baches, más oportunidades tendrán los mosquitos de reproducirse. Además, el agua más caliente reduce el período de incubación de los huevos de C. melanura, lo que llevó a un estudio a concluir que las temperaturas del agua más cálidas que el promedio “aumentan la probabilidad de amplificación de la EEE”.
El cambio climático no es el único factor que favorece la propagación de vectores de enfermedades como los mosquitos. La lenta reforestación de zonas que hace muchas décadas fueron taladas para la industria y la agricultura está creando un nuevo hábitat para los insectos. Al mismo tiempo, los promotores están construyendo nuevas viviendas en zonas boscosas o semiboscosas en cantidades cada vez mayores, acercando a los seres humanos al mundo natural y a los insectos que viven en él.
A nivel individual, la mejor manera de mantenerse a salvo de la EEE y otras enfermedades transmitidas por mosquitos es prevenir las picaduras: usen mangas largas y pantalones al anochecer y al amanecer, cuando los mosquitos son más propensos a picar, y apliquen regularmente un repelente de mosquitos eficaz. Pero también hay medidas que los departamentos de salud locales pueden tomar para proteger la salud pública, como analizar charcos de agua para detectar larvas de mosquitos y realizar campañas de concienciación pública y de pulverización de insecticidas cuando se detecte la triple E. Massachusetts es un ejemplo de un estado que ha sido proactivo en cuanto a realizar pruebas a los mosquitos para detectar la triple E en los últimos veranos.
La forma más eficaz de proteger a las personas de esta enfermedad sería desarrollar una vacuna contra ella. Ya existe una vacuna para caballos, pero los fabricantes de vacunas tienen pocos incentivos para desarrollar una vacuna preventiva contra la triple E en humanos, porque la enfermedad es muy poco frecuente.
“Aunque la EEE todavía no es una emergencia sanitaria mundial, el reciente aumento de casos ha puesto de relieve nuestra falta de preparación para brotes inesperados de enfermedades infecciosas”, escribió un grupo de biólogos el año pasado en la revista científica de acceso abierto Frontiers. “Sería prudente adoptar medidas proactivas de control activo y aumentar la vigilancia frente a estas amenazas”.
Grist. Traducción: Tara Valencia