por Jessalynn Keller, Aimee Koristka y Shena Kaul
El 3 de octubre, la superestrella del pop e ícono cultural Taylor Swift lanzó su décimo segundo álbum de estudio, The Life of a Showgirl, con mucha expectativa pública. Pero cuando llegaron las reseñas, fueron mixtas.
Mientras que Rolling Stone alabó el álbum por presentar “giros sonoros nuevos y emocionantes”, The Guardian lo criticó como “un soso y deslucido despliegue de una estrella que parece agotada”.
De manera similar, las Swifties tuvieron reacciones variadas. Mientras que algunas bailaron con el pegadizo coro de “Opalite”, otras criticaron que la composición carecía de la profundidad y el matiz de los álbumes anteriores de Swift. Pero quizás lo que generó la mayor controversia entre fanáticos y críticos por igual fue la política del álbum.
De ícono feminista a enigma político
A diferencia de las grabaciones recientes de Swift, que estuvieron marcadas por mensajes feministas populares, The Life of a Showgirl parece basarse en ideales conservadores, con fantasías de matrimonio, hijos y una tranquila vida suburbana que emergen en varias canciones.
Como artista conocida por dejar mensajes ocultos, o “Huevos de Pascua”, en sus canciones y alentar a sus fanáticos a encontrarlos y decodificarlos, las Swifties se abalanzaron sobre los posibles significados de la nueva música de Swift: ¿está respaldando un estilo de vida de “esposa tradicional”? ¿Fue eso un mensaje codificado racista? ¿No es la “corista” una figura feminista? ¿O es todo simplemente sátira?
Como académicas de estudios culturales, estamos menos interesados en la calidad musical del álbum o en determinar el “verdadero” significado detrás de las canciones. En cambio, consideramos The Life of a Showgirl como un barómetro cultural que visibiliza las tendencias y tensiones sociales a través del álbum en sí y de los significados que los fanáticos derivan de él.
Con letras e imágenes ambiguas, Swift invita a su base de fanáticos a encontrar sus propios significados en el álbum. En este sentido, The Life of a Showgirl es un álbum perfecto para nuestro tiempo: una obra maestra de ambigüedad performativa que le permite a Swift trascender el discurso político polarizado y evitar tomar una postura en este hostil momento político.
Swift no es ajena a la ambigüedad política como figura pública. Aunque evitó la política al principio de su carrera, Swift finalmente comenzó a expresar sus puntos de vista, alineándose con movimientos sociales progresistas de finales de la década de 2010, como el feminismo y los derechos queer, denunciando la supremacía blanca y la retórica antiaborto, y respaldando a candidatos demócratas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 y 2024.
Swift llegó a ser entendida como un ícono feminista en una era de feminismo popular, donde el feminismo mediado es accesible y altamente visible en el zeitgeist cultural.
Sin embargo, con el lanzamiento de The Life of a Showgirl, Swift se posiciona dentro del contexto político actual: el conservadurismo en ascenso.
Al respaldar a Kamala Harris, pero luego asistir al Abierto de Estados Unidos con amigos que apoyan a Trump, como Brittany y Patrick Mahomes, Swift permite que algunos fanáticos deriven significados tradicionales y conservadores de este álbum que se alinean con el liderazgo actual, y que otros la defiendan como la ídola “Miss Americana” que alguna vez conocieron.
La ambigüedad como marca
Las narrativas ambiguas presentes en The Life of a Showgirl parecen intencionales. La imaginería de Swift deslumbrada con plumas, strass color naranja Portofino y “sudor y perfume de vainilla”, mientras hace su mejor intento de lobotomy chic, sugiere un álbum que defendería el potencial feminista de la corista independiente.
En cambio, el lanzamiento de The Life of a Showgirl generó una ola de discurso interrogativo entre los oyentes, argumentando que sus letras aparentemente tienen connotaciones patriarcales, homofóbicas y de supremacía blanca, y, lo que es más notable, parecen contradecir a la propia Swift.
En contraste con su objeción anterior al uso de la palabra “perra” (bitch) por su “fuerte mensaje misógino”, ahora reflexiona poéticamente sobre cómo “todas las fotos de estudio en las paredes/ del salón de baile son de las perras/ que desean que me apure a morir” en la canción principal.
“Actually Romantic” resalta aún más el mensaje conflictivo del álbum y la “misoginia obsoleta reenvasada para la era de la chica jefa”, no solo al colocar a dos mujeres en rivalidad entre sí, sino al sugerir que la única explicación para que a una mujer no le guste Swift es que debe estar enamorada de ella.
Tales críticas se extienden hasta argumentar que el mensaje conservador está tan arraigado en el álbum que debería titularse The Life of a Tradwife (La Vida de una Esposa Tradicional), mientras que otros consideran esto una reacción exagerada, hipersensible y de izquierda que no capta el punto y es “genuinamente injusta”.
Sin embargo, desestimar estas críticas se siente irresponsable, especialmente cuando algunas de las letras más conservadoras de Swift están siendo celebradas por personas influyentes. Alexis Wilkins, embajadora de Turning Point USA y novia del director del FBI Kash Patel, interpreta el álbum como Swift “eligiendo lo que más importa: una vida de familia y estabilidad, eligiendo un hogar al final de un callejón sin salida, un aro de baloncesto en la entrada y niños que se parezcan a ambos”.
Lo que el álbum de Swift dice sobre nosotros
En un momento de conservadurismo arraigado, no es sorprendente que los fanáticos puedan leer supremacía blanca, patriarcado y homofobia en The Life of a Showgirl: nuestro contexto cultural hace que todas esas lecturas sean legibles y posibles, independientemente de la verdadera intención de Swift.
La ambigüedad performativa le da a Swift acceso a ambos lados políticos de su devota base de fanáticos, permitiéndoles interpretar el álbum de acuerdo con sus propias creencias, preocupaciones y valores.
Y la propia Swift parece contenta de avivar el fuego, afirmando en una entrevista reciente: “Si es la primera semana del lanzamiento de mi álbum y estás diciendo mi nombre o el título de mi álbum, estás ayudando”. También les recuerda a sus fanáticos que su objetivo como artista es “ser un espejo”.
The Conversation. Traducción: Maggie Tarlo