por J. Kim Penberthy
La temporada de fiestas, que suele considerarse un momento de alegría y unión, también puede ser uno de los períodos más difíciles para quienes están de duelo por una pérdida.
Casi el 95% de las personas que han sufrido una pérdida informan que tienen al menos un síntoma de angustia física o mental. Aproximadamente el 10% de ellas desarrollan un trastorno de duelo prolongado, una forma de duelo persistente y debilitante que no se alivia con el tiempo.
A menudo, este duelo se debe a la muerte de un ser querido, pero también puede deberse a la pérdida de una amistad, un divorcio o incluso la pérdida del trabajo.
El duelo afecta no solo la salud mental sino también el bienestar físico, y puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, disfunción inmunológica e incluso la muerte.
Las fiestas y las ocasiones especiales, que a menudo incluyen reuniones familiares, tradiciones y recordatorios de lo que falta, pueden amplificar este dolor, haciendo que quienes están de duelo se sientan aislados y abrumados.
Como psicóloga clínica y profesora de psiquiatría y ciencias neuroconductuales que trabaja con pacientes con cáncer y sus familias, veo el profundo daño que el duelo tiene en las personas. También he experimentado el duelo personalmente, tanto cuando mi madre murió repentinamente a la edad de 66 años como cuando mi padre falleció después de una larga enfermedad a la edad de 84 años.
Esas experiencias, combinadas con mi investigación, me han llevado a dedicar gran parte de mi carrera a comprender el duelo y sus efectos, y a encontrar formas efectivas de apoyar a quienes luchan con él.
Duelo versus duelo prolongado
El duelo es una respuesta natural a la pérdida, que abarca reacciones emocionales, cognitivas, físicas y sociales. Los signos comunes incluyen tristeza, retraimiento, dificultad para concentrarse, alteración del sueño y síntomas físicos como fatiga o dolores.
El duelo es profundamente personal y, si bien no existe una forma “correcta” de afrontarlo, la mayoría de las personas atraviesan el proceso con el tiempo y encuentran un nuevo equilibrio en sus vidas.
Sin embargo, algunas personas sufren un trastorno de duelo prolongado, una afección que se reconoció recientemente en el manual de referencia de la psiquiatría, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición, en 2022.
Esta afección se caracteriza por un intenso anhelo, tristeza o preocupación por la persona fallecida que persiste durante doce meses o más, lo que afecta significativamente el funcionamiento diario. Las personas que padecen este trastorno a menudo se sienten desconectadas de la vida e incapaces de encontrar alegría o significado.
A diferencia del duelo no patológico, el trastorno de duelo prolongado se asocia con la activación crónica del sistema de respuesta al estrés del cerebro, en particular en áreas como la amígdala. La amígdala es un pequeño grupo de neuronas en forma de almendra en el cerebro que desempeña un papel clave en el procesamiento de las emociones, especialmente el miedo, el estrés y las respuestas relacionadas con las amenazas. El trastorno de duelo prolongado también está relacionado con afecciones de salud mental como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático o TEPT.
Mientras apoyas a un amigo o familiar en su duelo, es importante estar atento a las señales del trastorno de duelo prolongado porque requiere intervenciones específicas. Las investigaciones, incluidos mis estudios en curso sobre el uso de la terapia asistida con psilocibina para el tratamiento del duelo, destacan la importancia de los enfoques innovadores para ayudar a quienes están atrapados en el ciclo del duelo prolongado.
Si sospechas que un ser querido está luchando con un duelo prolongado, alentarlo a buscar ayuda y ofrecerle apoyo en el proceso puede cambiarle la vida. Hay recursos disponibles, desde asesoramiento sobre el duelo hasta grupos de apoyo. Organizaciones como la American Grief Foundation y los servicios de salud mental locales pueden brindar más orientación para ayudar a un ser querido a obtener el tratamiento que necesita.
Cómo cuidar nuestro propio duelo en días festivos y ocasiones especiales
Las investigaciones respaldan varias estrategias para abordar el duelo, ya sea típico o prolongado:
Expresar emociones: reprimir el duelo puede exacerbar los problemas de salud mental y física. Hablar con amigos de confianza, llevar un diario y unirse a grupos de apoyo puede ser terapéutico.
Participar en rituales: los rituales personales o culturales, como encender una vela, visitar una tumba o crear un libro de recuerdos, ayudan a integrar la pérdida en la vida de uno.
Crear nuevas tradiciones como una forma de honrar su pérdida: si estás de luto por una muerte, considera integrar el recuerdo de tu ser querido en la ocasión preparando su plato favorito, tocando su música favorita o colgando un adorno en su honor.
Buscar apoyo profesional: la terapia cognitiva conductual o la terapia de duelo complicado pueden ser tratamientos efectivos para el trastorno de duelo prolongado. La terapia asistida por psicodélicos también está surgiendo como una opción prometedora en la investigación clínica.
Cómo apoyar a alguien que está de duelo
Para quienes están de duelo, las fiestas y ocasiones especiales como un cumpleaños o el Día de la Madre pueden ser especialmente difíciles. A continuación, se ofrecen algunos consejos prácticos para apoyar a alguien que está de duelo en estos momentos:
Recuerda que el duelo no es un problema que se deba resolver, sino un proceso que se debe apoyar.
Está presente. Un miedo común es decir algo incorrecto a alguien que está de duelo. A menudo, no se trata de decir algo “perfecto”, sino simplemente de estar presente y escuchar sin juzgar.
Reconoce la pérdida. Decir: “Estuve pensando en (el ser querido) y en lo mucho que significaba para ti” o “Quiero que sepas que estuve pensando en ti y en la importancia de lo que estás experimentando en este momento” puede ser más reconfortante que evitar el tema.
Ofrece ayuda práctica. El duelo puede ser debilitante y agotador. Ayudar con tareas como cocinar, hacer las compras o cuidar a los niños puede aliviar parte de la carga.
Si no sabes qué decir, está bien admitirlo. Un simple “No tengo las palabras adecuadas, pero estoy aquí para ti” puede significar mucho.
Evita frases como “Están en un lugar mejor” o “Todo sucede por una razón”. Si bien las intenciones detrás de ellas suelen ser buenas, estas frases hechas pueden parecer despectivas.
Concéntrate en la empatía y la validación. Decir “Esto debe ser muy difícil para ti” o “Cuéntame más sobre lo que estás sintiendo” abre la puerta a una conversación significativa y ayuda a hacer espacio para las emociones complejas que trae consigo el duelo.
Respeta los límites de tu ser querido que está de duelo. Permítele honrar sus emociones yendo a su propio ritmo.
Navegar por las fiestas y las ocasiones especiales con quienes han sufrido una pérdida puede ser complicado. Pero tu presencia y compasión en estos momentos pueden ayudar a su sanación.
Conversation. Traducción: Tara Valencia.