HomeCONTEXTOEDUCACIÓNPedagogía del hip-hop

Pedagogía del hip-hop

Publicado el

por Toby Jenkins

Uno de mis recuerdos más conmovedores de la escuela primaria fue el día en que mi profesor de gimnasia canceló las actividades planificadas, puso música hip-hop y nos dejó bailar. Sonrío pensando en todos nosotros saltando, salvajes, locos, felices y libres.

Hoy, como docente de educación superior, sigo llevando a mi trabajo profesional la afición que tenía por el hip-hop cuando era niña. He pasado más de dos décadas desarrollando iniciativas culturales de hip-hop en campus universitarios. El hip-hop hizo que mis trabajos se sientan como fiestas en casa y convirtió a compañeros de trabajo y estudiantes en amigos. Pero su impacto en la educación es más que personal.

El año 2023 marca el 50 aniversario del nacimiento de la cultura hip-hop. Personas de todo el mundo se están tomando el tiempo para reflexionar y celebrar los logros del hip-hop.

Los educadores no solo recuerdan las formas obvias en que el hip-hop ha influido en el lenguaje y la moda o proporcionado la banda sonora de nuestras sesiones de estudio y eventos deportivos, sino que también estamos reconociendo cómo el hip-hop cambió la educación. A partir de mi investigación, que explora los beneficios educativos de la cultura hip-hop, lo que sigue son cuatro formas en que el hip-hop cambió la educación en Estados Unidos.

1. Hizo que el aula fuera más atractiva

A principios de la década de 2000, la educación basada en el hip-hop surgió principalmente en las aulas de inglés y artes del lenguaje. Algunos maestros comenzaron a incorporar el hip-hop en los planes de estudio usando música y rimas para enseñar las materias. El objetivo era que el aprendizaje fuera más estimulante y al mismo tiempo permitir que los estudiantes se sintieran culturalmente conectados con las lecciones.

Un ejemplo: la educadora Joquetta Johnson pidió a sus alumnos que realizaran un análisis comparativo de “Ain’t I a Woman” de Sojourner Truth y “Ladies First” de Queen Latifah.

Los estudiosos del hip-hop ahora se refieren a este estilo de enseñanza como pedagogía del hip-hop. La pedagogía hip-hop es la práctica de incorporar los elementos y valores de la cultura hip-hop en la experiencia educativa completa. Esto incluye no solo el ambiente del salón de clases, sino también las técnicas de enseñanza, las relaciones alumno-maestro y la materia de estudio.

Más en New York Diario:  Es demasiado

2. Nuevas escuelas y organizaciones comunitarias

El hip-hop no solo se integró en los planes de estudios escolares, sino que se estableció una escuela secundaria completa en St. Paul, Minnesota, para centrarse únicamente en la cultura hip-hop. High School for Recording Arts es una escuela autónoma pública que enseña danza, música, arte y emprendimiento a estudiantes que fueron expulsados ​​o excluidos de otras escuelas.

También se desarrollaron varias organizaciones comunitarias nuevas de hip-hop. Saving Our Lives, Hearing Our Truths (Salvando Nuestras Vidas, Escuchando Nuestras Verdades) es un espacio comunitario con sede en Illinois donde las niñas pueden rapear y escribir, hacer amigos, soñar, dibujar, pensar críticamente, bailar, crear, hablar en voz alta o simplemente estar calladas.

En la ciudad de Nueva York, Cyphers for Justice involucra a jóvenes de secundaria, jóvenes encarcelados y maestros en un programa de quince semanas en el que aprenden a usar prácticas creativas de hip-hop como la palabra hablada y la danza para investigar y abordar problemas sociales como la justicia racial y políticas de disciplina escolar.

3. Campos académicos ampliados y trabajos en la educación superior

En 1991, la Universidad de Howard se convirtió en la primera universidad en ofrecer un curso de hip-hop. Desde entonces, universidades de todo el país, incluidas Harvard, Duke y la Universidad de Nueva York, desarrollaron cursos relacionados con el hip-hop. En 2012, la Universidad de Arizona comenzó a ofrecer una especialización en estudios de hip-hop, la primera de su tipo en una universidad pública de cuatro años en los Estados Unidos.

La creación de cursos de posgrado de hip-hop influyó en las tesis que producen los estudiantes. Por ejemplo, el profesor de hip-hop A.D. Carson escribió, interpretó y produjo el álbum de rap de 34 canciones “Owning My Masters: The Rhetorics of Rhymes & Revolutions” en 2017 como su tesis doctoral en la Universidad de Clemson. La disertación innovadora recibió elogios internacionales y condujo al primer álbum de rap revisado por pares.

Más en New York Diario:  El viaje a la escuela de los estudiantes sin hogar
Brad Neathery

Los estudiosos del hip-hop están ampliando los límites de lo que califica como investigación rigurosa, cómo se lleva a cabo la investigación y qué formatos se deben usar para compartir esta investigación con el público. El Hiphop Archive & Research Institute de la Universidad de Harvard apoya la investigación y las becas de hip-hop. También hay conferencias de investigación de hip-hop organizadas en la Universidad Estatal de Ohio, la Universidad de Columbia, la Universidad de Rutgers y la Universidad de Buffalo, por nombrar algunas. Estas conferencias se basan en el legado creado por estudiantes de la Universidad de Howard, que planificaron la primera conferencia de hip-hop en una universidad, allá por 1991.

Estas nuevas oportunidades profesionales relacionadas con el hip-hop permiten que muchos académicos desarrollen carreras académicas sin la presión de descartar sus identidades como artistas o curadores culturales. A. D. Carson ahora es profesor asistente de hip-hop y el Sur Global en la Universidad de Virginia. En Harvard, Nasir Jones Hiphop Fellowship, que lleva el nombre del legendario rapero neoyorquino Nas, financia a excepcionales estudiosos y artistas del hip-hop.

4. Fomentó nuevas mentalidades

El hip-hop siempre abordó los problemas sociales del momento, desde la pobreza hasta la brutalidad policial. Ahora que la salud mental es una prioridad en la educación, algunos expertos están explorando cómo utilizar la cultura hip-hop para apoyar la salud mental de los estudiantes.

La Universidad de Cambridge desarrolló recientemente la Iniciativa Hip-Hop Psych, que tiene como objetivo utilizar letras y música de hip-hop para ayudar a los jóvenes que enfrentan depresión a desarrollar imágenes más positivas de sí mismos y de sus situaciones. Ian Levy, profesor asociado de asesoramiento escolar en Manhattan College, desarrolló un marco de asesoramiento basado en el hip-hop para escuelas y otros entornos educativos.

Más en New York Diario:  Los juegos del hambre del sistema educativo

La cultura hip-hop también está expandiendo las creencias sobre los logros académicos, el éxito y la profesionalidad. El profesor de educación de la Universidad del Sur de California, Christopher Emdin, quiere que los educadores redescubran su yo “ratchet”. Si bien ser un ratchet, que originalmente significaba ser inculto, a menudo es rechazado en entornos académicos, Emdin explica que ser un “educador ratchet” no se trata de poses, sino de actuar auténticamente.

Pasé los últimos dos años investigando las formas en que la cultura hip-hop produce su propio conjunto de prácticas profesionales que fomentan el impulso, la creatividad, la autenticidad, el honor, la comunidad, la confianza y la atención dominante. Estas características se valoran en muchos entornos diferentes, pero la cultura hip-hop agrega un sabor e intensidad únicos. Mentalidad Hip-Hop, llamo yo a esto.

En continua evolución

Si bien el hip-hop dejó una huella indeleble en el campo de la educación, aún no ha terminado. El hip-hop continúa evolucionando y nos presenta posibilidades de cómo podría ser la educación culturalmente relevante en los próximos cincuenta años. Como dice la canción: “No puedo parar, no pararé”.

Fuente: The Conversation/ Traducción: Mara Taylor

Últimos artículos

Más calor, más mosquitos, más enfermedades

por Zoya Teirstein Un hombre de 41 años murió la semana pasada en New Hampshire...

Trabajar en la vejez

por Matthew J. Wolf-Meyer El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump no son...

Parques igualitarios y accesibles: un viejo sueño de Nueva York

por Irina Verona y Jennifer Carpenter Para los niños, la plaza de juegos es una...

Peekskill, 1949: racistas, anticomunistas y caos en un recital folk

por Nina Silber Pocos estadounidenses conocen hoy los acontecimientos que ocurrieron hace 75 años en...

Inglés para inmigrantes en Nueva York

por Haidee Chu Cuando Lilybet Barcenas, de 28 años, se mudó por primera vez a...

Espacios verdes informales

por Matt Simon Puede que no lo hayas notado, pero una mariposa o una abeja...

No le hagas preguntas de vida o muerte a IA

por Samantha Kleinberg A veces, la IA puede ser realmente una cuestión de vida o...

Taylor Swift, gótica

por Matthew J.A. Green Taylor Swift ha cultivado una marca global que podría parecer incompatible...

No hables de cambio climático en la película de tornados

por Jake Bittle Las palabras “cambio climático” no aparecen en absoluto en la nueva película...

Un cambio en el paisaje urbano

por James Aloisi El gran observador florentino de la naturaleza humana, Nicolás Maquiavelo, escribió la...

Deadpool & Wolverine: un mal remedio para la fatiga de superhéroes

por Lorna Piatti-Farnell La semana pasada, la última película del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU),...

¿Quién decidió que la gordura es mala?

por Stephen E. Nash En 2009, la supermodelo Kate Moss causó revuelo cuando afirmó categóricamente...

Quédate en tu carril

por John Surico El transporte público de la ciudad de Nueva York está en medio...

El triunfo de Nicolás Maduro no engaña a nadie

por Nicolas Forsans El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se mantiene en el poder tras...

Juegos Olímpicos, sustentabilidad y cambio climático

por Brian P. McCullough Europa está en medio de una ola de calor, y aunque...

Sigue leyendo

Más calor, más mosquitos, más enfermedades

por Zoya Teirstein Un hombre de 41 años murió la semana pasada en New Hampshire...

Trabajar en la vejez

por Matthew J. Wolf-Meyer El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump no son...

Parques igualitarios y accesibles: un viejo sueño de Nueva York

por Irina Verona y Jennifer Carpenter Para los niños, la plaza de juegos es una...