Search for an article

Personalizar las preferencias de consentimiento

Usamos cookies para ayudarle a navegar de manera eficiente y realizar ciertas funciones. Encontrará información detallada sobre cada una de las cookies bajo cada categoría de consentimiento a continuación.

Las cookies categorizadas como “Necesarias” se guardan en su navegador, ya que son esenciales para permitir las funcionalidades básicas del sitio web.... 

Siempre activas

Las cookies necesarias son cruciales para las funciones básicas del sitio web y el sitio web no funcionará de la forma prevista sin ellas. Estas cookies no almacenan ningún dato de identificación personal.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies funcionales ayudan a realizar ciertas funcionalidades, como compartir el contenido del sitio web en plataformas de redes sociales, recopilar comentarios y otras características de terceros.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies analíticas se utilizan para comprender cómo interactúan los visitantes con el sitio web. Estas cookies ayudan a proporcionar información sobre métricas el número de visitantes, el porcentaje de rebote, la fuente de tráfico, etc.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies de rendimiento se utilizan para comprender y analizar los índices de rendimiento clave del sitio web, lo que ayuda a proporcionar una mejor experiencia de usuario para los visitantes.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies publicitarias se utilizan para entregar a los visitantes anuncios personalizados basados ​​en las páginas que visitaron antes y analizar la efectividad de la campaña publicitaria.

No hay cookies para mostrar.

HomeENGLISHValentine’s Day: Love, Money, and Prefabricated Meanings

Valentine’s Day: Love, Money, and Prefabricated Meanings

Publicado el

by Haley Bliss

Every February, we witness a curious anthropological phenomenon: Valentine’s Day, a commercial liturgy disguised as romantic expression. This annual performance of affection transforms love into a transactional spectacle, where emotional currency is exchanged through standardized tokens of desire—heart-shaped chocolates, mass-produced cards, and hastily purchased roses. It’s a holiday that somehow manages to be both universally recognized and utterly perplexing.

The origins of this ritual are paradoxically both mundane and bizarre. What began as a Christian martyrdom commemoration—honoring Saint Valentine, who may or may not have performed secret marriages for Roman soldiers—metamorphosed into a global marketplace of performative intimacy. One can only imagine the saint’s bewilderment at the sight of his legacy inspiring millions to purchase oversized teddy bears.

Contemporary Valentine’s Day is less about genuine connection and more about economic choreography. Greeting card companies, florists, and chocolate manufacturers have essentially weaponized human vulnerability, creating a social script where love is measured in dollars spent and Instagram-worthy gestures captured. It’s a fascinating ritual of manufactured sentiment: we’ve transformed a deeply personal emotion into a standardized cultural product, complete with prescribed gestures and acceptable expressions of affection. The irony is exquisite: in attempting to celebrate individual love, we’ve created a remarkably uniform experience.

But let’s not be too cynical. There’s something oddly charming about a holiday that forces us to pause and say, “Hey, I love you,” even if it’s under the duress of societal expectation. The problem, though, is that Valentine’s Day has become less about love and more about performance. It’s a day where we’re all actors in a grand romantic play, reciting lines we didn’t write and following a script that includes dinner reservations, overpriced flowers, and the obligatory Instagram post. (Because if you didn’t post it, did it even happen?) 

Más en New York Diario:  Anthropological field guide to the absurdity of Christmas

So, here’s my proposal: let’s reclaim Valentine’s Day. Let’s strip away the commercialization and the pressure and make it about what it’s supposed to be—a celebration of love in all its forms. Romantic love, platonic love, self-love, love for your cat, love for your favorite barista who always gets your order right. Let’s make it a day where we connect, not compete. Where we give, not out of obligation, but out of genuine affection. 

And if all else fails, there’s always chocolate. Because let’s face it: no matter how you feel about Valentine’s Day, chocolate is always a good idea. 

Happy Valentine’s Day, everyone. May your heart be full, your expectations low, and your candy stash plentiful.

The Human Thread.

Últimos artículos

Apoyar y pasar

por Marcelo Pisarro Hay que desearle una larga vida a la MetroCard ahora que está...

Nueva York habla español

por Sarah Díaz-Segan Nueva York hablada en español es un fenómeno que podría parecer trivial,...

15 consejos para visitar Brooklyn como si fueses local

por Mara Taylor Brooklyn no es un parque temático ni un espacio neutral para el...

15 Tips for Visiting Brooklyn Like a Local

by Mara Taylor Brooklyn isn’t a theme park, nor is it a neutral ground for...

El culto a la autenticidad

por P. Kerim Friedman Me sorprende que tanta gente crea que uno se convierte en...

El desmantelamiento público de la ciencia

por C. Brandon Ogbunu Las instituciones científicas están en plena crisis. Ninguna diplomacia ni caridad...

Un árbol crece en Brooklyn

por Rachel Gordan Hace ocho décadas, en el invierno y la primavera de 1944, la...

Oh, genial: las ratas están bien preparadas para el cambio climático  

por Matt Simon Las ratas están mejor adaptadas a las ciudades que los humanos que...

Cafeterías de Brooklyn

por Haley Bliss Una cafetería nunca es sólo una cafetería. En Brooklyn, el café es...

Espacios verdes informales

por Matt Simon Puede que no lo hayas notado, pero una mariposa o una abeja...

Contra la ciencia

por Claudia López Lloreda La confianza pública en la ciencia ha estado en el centro...

San Valentín: Amor, dinero y sentimientos prefabricados

por Haley Bliss Cada febrero somos testigos de un curioso fenómeno antropológico: el día de...

¿Hay que cerrar el Departamento de Educación?

por Alex Hinton “Y otra cosa que haré muy al principio de la administración es...

How to Lie with Writing on Music

by Marcelo Pisarro The first sentence of How to Lie with Maps, the 1991 book...

Necesitamos Groenlandia (pero no porque lo que Donald Trump cree)

por Paul Bierman Donald Trump siente algo por Groenlandia. Primero quiso comprar la isla ártica....

Sigue leyendo

Apoyar y pasar

por Marcelo Pisarro Hay que desearle una larga vida a la MetroCard ahora que está...

Nueva York habla español

por Sarah Díaz-Segan Nueva York hablada en español es un fenómeno que podría parecer trivial,...

15 consejos para visitar Brooklyn como si fueses local

por Mara Taylor Brooklyn no es un parque temático ni un espacio neutral para el...